Directrices para la admisión a la eucaristía entre la Iglesia caldea y la Iglesia asiria.

Puesto que a día de hoy no se encuentra traducida al español:
PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PROMOCIÓN DE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

DIRECTRICES PARA LA ADMISIÓN A LA EUCARISTÍA
ENTRE LA IGLESIA CALDEA
Y LA IGLESIA ASIRIA DE ORIENTE

Dada la gran angustia de muchos fieles caldeos y asirios, en sus países de origen y en la diáspora, que impide que muchos de ellos tengan una vida sacramental normal de acuerdo con su propia tradición, y en el contexto ecuménico del diálogo bilateral entre la Iglesia Católica y la Iglesia Asiria de Oriente, la solicitud se ha hecho para proveer de acceso a la Eucaristía entre la Iglesia caldea y la Iglesia Asiria de Oriente. Dicha solicitud fue examinada por primera vez por la Comisión Mixta para el Diálogo Teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia Asiria de Oriente. Estas directrices fueron preparadas posteriormente por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, de acuerdo con la Congregación para la Doctrina de la Fe y la Congregación para las Iglesias Orientales.

1. Necesidad pastoral

La solicitud de admisión a la Eucaristía entre la Iglesia caldea y la Iglesia Asiria de Oriente se relaciona con la particular situación geográfica y social que sus fieles están viviendo actualmente. Debido a diversas circunstancias, a veces dramáticas, muchos fieles asirios y caldeos han dejado su país de origen y se trasladaron a Oriente Medio, Escandinavia, Europa Occidental, Australia y América del Norte. Como no puede haber un sacerdote por cada comunidad local de esta diáspora generalizada, numerosos fieles caldeos y asirios se enfrentan a una situación de necesidad pastoral con respecto a la administración de los sacramentos. Los documentos oficiales de la Iglesia Católica proporcionan regulaciones especiales para este tipo de situaciones, a saber, el Código de los Cánones de las Iglesias Orientales, can. 671, § 2 º - § 3 y el Directorio para la aplicación de los principios y normas del Ecumenismo, n. 123.

2. Acercamiento ecuménico

La petición también está relacionada con el actual proceso de acercamiento ecuménico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Asiria de Oriente. Con la "Declaración cristológica común", firmada en 1994 por el Papa Juan Pablo II y el Patriarca Mar Dinkha IV, el principal problema dogmático entre la Iglesia Católica y la Iglesia Asiria se ha resuelto. Como consecuencia de ello, el acercamiento ecuménico entre la Iglesia Caldea y la Iglesia Asiria de Oriente también entró en una nueva fase de desarrollo. El 29 de noviembre 1996 el Patriarca Mar Raphaël Bidawid y el Patriarca Mar Dinkha IV, firmaron una lista de propuestas comunes con miras al restablecimiento de la unidad eclesial entre los herederos históricos de la antigua Iglesia de Oriente. El 15 de agosto de 1997, este programa fue aprobado por sus respectivos sínodos y se confirmó en unDecreto sinodal conjunto”. Apoyados por sus respectivos sínodos, ambos Patriarcas han aprobado una serie de iniciativas para promover la normalización progresiva de su unidad eclesial. Tanto la Congregación para las Iglesias Orientales y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos han apoyado este proceso.

3. La anáfora de Addai y Mari

La cuestión principal de la Iglesia Católica al aceptar esta petición, tiene que ver con la cuestión de la validez de la Eucaristía celebrada en la anáfora de Addai y Mari, una de las tres anáforas utilizadas tradicionalmente por la Iglesia Asiria de Oriente. La anáfora de Addai y Mari es notable porque, desde tiempo inmemorial, ha sido utilizada sin una recitación del relato de la institución. A medida que la Iglesia Católica considera las palabras de la institución eucarística como parte constitutiva e indispensable de la anáfora o plegaria eucarística, un estudio largo y cuidadoso se ha llevado a cabo en torno a la anáfora de Addai y Mari, desde una perspectiva histórica, litúrgica y teológica, después del cual la Congregación para la Doctrina de la Fe el 17 de enero de 2001 concluyó que esta Anáfora puede considerarse válida. Su Santidad el Papa Juan Pablo II ha aprobado esta decisión. Esta conclusión se basa en tres argumentos principales.

En primer lugar, la anáfora de Addai y Mari es una de las anáforas más antiguas, que procede de los primeros inicios de la Iglesia; fue compuesta y se utiliza con la clara intención de celebrar la Eucaristía en plena continuidad con la última Cena y de acuerdo con la intención de la Iglesia; su validez nunca ha sido impugnada oficialmente, ni en el Oriente, ni en el Occidente cristiano.

En segundo lugar, la Iglesia Católica reconoce a la Iglesia Asiria de Oriente como una verdadera Iglesia particular, constituida sobre la fe ortodoxa y la sucesión apostólica. La Iglesia Asiria de Oriente ha conservado completa la fe eucarística en la presencia de nuestro Señor bajo las especies del pan y del vino, y en el carácter sacrificial de la Eucaristía. En la Iglesia Asiria de Oriente, aunque no se encuentre en plena comunión con la Iglesia Católica, se encuentran "verdaderos sacramentos y, sobre todo, por la sucesión apostólica, el sacerdocio y la Eucaristía" (Unitatis redintegratio, n. 15).

Por último, las palabras de la institución eucarística están de hecho presentes en la anáfora de Addai y Mari, no en una forma narrativa coherente y ad litteram, sino en forma eucológicamente dispersa, esto es, integrada en sucesivas oraciones de acción de gracias, alabanza y de intercesión.

4. Directrices para la admisión a la Eucaristía

Teniendo en cuenta la tradición litúrgica de la Iglesia Asiria de Oriente, la clarificación doctrinal acerca de la validez de la anáfora de Addai y Mari, el contexto actual en el que viven tanto los fieles asirios como los caldeos, las normas apropiadas que se tienen en cuenta en los documentos oficiales de la Iglesia Católica, y el proceso de acercamiento entre la Iglesia Caldea y la Iglesia Asiria de Oriente, se hace la siguiente disposición:

1. Cuando la necesidad lo requiera, a los fieles asirios se les permite participar y recibir la Sagrada Comunión en una celebración caldea de la Santa Eucaristía; del mismo modo, a los fieles caldeos que les sea físicamente o moralmente imposible acudir a un ministro católico, se les permite participar y recibir la Sagrada Comunión en una celebración Asiria de la Sagrada Eucaristía.

2. En ambos casos, los ministros de asirios y caldeos celebran la Santa Eucaristía de acuerdo a las prescripciones litúrgicas y las costumbres de su propia tradición.

3. Cuando fieles caldeos estén participando en una celebración Asiria de la Sagrada Eucaristía, el ministro asirio queda cordialmente invitado a incluir las palabras de la institución en la anáfora de Addai y Mari, según lo permitido por el Santo Sínodo de la Iglesia Asiria de Oriente.

4. Las consideraciones anteriores sobre el uso de la anáfora de Addai y Mari y las presentes directrices para la admisión a la Eucaristía, están destinados exclusivamente en relación con la celebración eucarística y la admisión a la Eucaristía a los fieles de la Iglesia caldea y la Iglesia Asiria de Oriente, en vista de la necesidad pastoral y el contexto ecuménico mencionado anteriormente.

Roma, 20 de julio 2001